La biocircularidad es la parte renovable de la economía circular. Es la economía circular de base biológica (renovable). Si bien la economía circular consiste en cerrar ciclos productivos convirtiendo sus residuos en recursos (reutilizando, reciclando, valorizando), cuando estos residuos o subproductos de procesos productivos son de base biológica (formados por materia orgánica), se consideran renovables.
La biocircularidad consiste en cerrar ciclos productivos de procesos de los sectores primario y secundario cuyas materias primas están compuestas de materia orgánica (agricultura, ganadería, sector forestal, e industrias relacionadas) y/o generan CO2 y otros gases biogénicos. Esta materia orgánica puede ser transformada mediante distintos tipos de procesos de valorización para obtener bioenergía, biocombustibles, gases renovables y bioproductos (químicos, constructivos, alimentación).
De esta forma conseguimos sustituir materias primas derivadas del petróleo en energía, combustibles y todo tipo de productos derivados, por materias primas renovables derivadas de la materia orgánica, transformando esa energía y esos combustibles y productos en sostenibles y renovables.
La biocircularidad es un modelo productivo e industrial que fomenta la bioeconomía, induciendo extraordinarios beneficios medioambientales y socioeconómicos en los territorios donde se desarrolla, contribuyendo a los objetivos de políticas energéticas, medioambientales, industriales y reto demográfico.